La última crisis ha dejado muchos aspectos negativos del mundo de la empresa y de la economía al descubierto: bajos salarios, cultura del enriquecimiento rápido a través de la especulación, escasos márgenes de igualdad en las empresas, desarrollo acelerado sin tener en cuenta las repercusiones en el entorno natural y la escasa solidez son algunas de las causas por las que distintos agentes sociales, empresariales e institucionales abogan cada vez más por un desarrollo sostenible en distintos ámbitos. La Responsabilidad Social Corporativa es por ello clave en estos momentos en el mundo rural, pues de ella se pueden obtener beneficios y respuestas para la obtención de recursos.
Territorios como Los Pedroches deben mantener una estrategia de desarrollo de su marca de forma consciente y acorde con parámetros de responsabilidad con los valores que hacen que una determinada iniciativa sea responsable socialmente. Otro de los aspectos a destacar es la necesidad de que las empresas, instituciones y agentes sociales que actúan el territorio tengan en cuenta que su marca va unida a unas buenas prácticas, imprescindibles para la calidad de vida y el respeto con el entorno y sus potencialidades.
Los argumentos de la Responsabilidad Social Corporativa giran en torno a multitud de conceptos e ideas-fuerza que deben ser implantados en los territorios y retroalimentarse entre sí. Como se apuntaba anteriormente y, según distintos manuales de esta visión del desarrollo, hay multitud de conceptos que deben ser asumidos para un buen desarrollo de la estrategia territorial de una determinada marca. Competitividad, desarrollo sostenible –no sólo en el aspecto ambiental-, ciudadanía responsable, gobernanza, democracia de proximidad, entre otros conceptos, constituyen las bases de las nuevas vías de desarrollo. Aparte, la RSC es una buena forma de revertir beneficios en el territorio, propiciando un circuito continuo de desarrollo.